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El turismo de sol y playa apareció en los años 60.

El incremento de los salarios y la reducción de las horas de trabajo permiten generalizar un fenómeno reservado para la clase más privilegiada. La llegada del Seat 600 y otros utilitarios permite a muchas familias pasar vacaciones junto al mar.

La Organización Mundial del Turismo define el turismo de sol y playa de la manera siguiente : “Es un tipo de turismo que se da en localidades costeras en las que existen playas y la mayoría de tiempo, las condiciones climáticas son de tiempo soleado y temperaturas suaves (de 25 a 30 grados)”.

El turismo de sol y playa es el más solicitado de todos, especialmente en zonas del litoral que gozan de un clima favorable. Este segmento del turismo es generalmente asociarse con el ocio, así como las palabras descanso, diversión y entretenimiento conocidas como los tres S en inglés : Sand, sea, sun.

Además, el turismo es uno de los pilares de la economía española. En 2013, un portavoz del Ministerio de Industria, Energía y Turismo declaró que ‘sol y playa’ sigue siendo la mayor fuerza de Espana. En 2015, había 68 millones de visitas de turistas extranjeros. En 2016, el sector representaba un 11% del PIB y un 13% de los empleos. Las comunidades identificadas con el turismo de sol y playa acaparan la mayor parte del turismo extranjero: Andalucía, Baleares, Canarias y Comunidad Valenciana.

 

Entonces, preguntamos si es posible salir de este modelo sol y playa.

Por eso, investigamos y podemos hoy explicar por qué el modelo de sol y playa no es un modelo sostenible tal como está y si España tiene los recursos para cambiar de modelo turístico. Podemos también presentar potenciales alternativas turísticas que podrían sustituir al modelo sol y playa.


 

El turismo de sol y playa siempre ha sido el turismo líder en España y siempre queda un valor seguro para salir de vacaciones, pero poco a poco está decreciendo. Por un lado por la competencia de países emergentes más económicos y la crisis económica, por razones ecológicas y también debido a las nuevas tendencias de la población.

 

Por una parte, el problema del turismo de massa plantea algunos dificuldades.

Primero, los habitantes en estas zonas no encuentran alojamientos, en parte porque el número de habitaciones Airbnb ha explotado. No encuentran empleo porque si bien este tipo de turismo emplea más de 2 millones de personas, él prefiera una mano de obra barata y de temporada, concentrada en los meses estivales.

Este tipo de turismo está desigualmente repartido. Se concentra en las costas y entonces estas regiones son por lo tanto saturadas. Plantea el problema de estacionalidad y de hecho de masificación porque es difícil gestionar este abundancia de turistas.

Presiona los recursos naturales, especialmente los recursos hídricos y los suelos, lo que no va mejorando con el cambio climático que se agrava y la urbanización masiva de las zonas costeras.

 

Por otra parte, atraer mercados nuevos no es fácil, aunque es necesario. Las previsiones económicas mundiales dicen que la riqueza se traslada hacia algunos países árabes, de Asia, y de América Latina. Entonces debe aprender a seducir a los nuevos viajeros porque los grandes emergentes son los que tienen un mayor nivel adquisitivo.

Es por eso que necesita otra oferta turística, alternativas al modelo habitual y hay que pensar en productos por segmentos especialmente porque ahora los visitantes demandan entornos no degradados y autenticidad cultural.

 

Con estos elementos, podemos preguntarnos si el modelo sol y playa puede ser reemplazado. Y podemos decir que sí.

El Foro Económico Mundial ha publicado su Índice Global de Competitividad Turística en 2017 y ha colocado a España como el primer país de la lista. El Foro dice que España ha sacado las mejores notas gracias a su patrimonio cultural y su diversidad geográfica, a la variedad y calidad de los recursos culturales y naturales.

Una otra ventaja es que hay un alto grado de fidelización, ya que entre el 80% y el 90% de los visitantes repiten.

Unido a esto, las Administraciones tienen claro que es necesario rehabilitar las infraestructuras públicas y privadas y el gobierno entiendo que debe tener en cuenta criterios ambientales y sociales, sin perder de vista la rentabilidad.

 

Por esas razones, España puede posicionarse como un referente de otros modelos de turismo.

Hay diferentes tipos de turismo alternativos al del sol y playa y nos concentramos en el turismo cultural, rural y sostenible.

El objetivo de estos modelos es promover España como destino por su patrimonio, sus paisajes, su naturaleza y no por sus terrazas, costas y su clima.

 

Así, el turismo cultural permite a los turistas adquirir una nueva información y experiencias para generar nuevos conocimientos y experiencia. Sabemos que España es el 3r país del mundo en parajes reconocidos como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Tiene un potencial muy considerable en cuanto a sus monumentos y museos que reciben cada ano millones de turistas. Sin embargo hay una falta de promoción de la oferta que se debe hacer tanto por los operadores turísticos como las agencias de viaje especializadas en la demanda específica del turismo cultural. Además, hay que tener cuidado a la procedencia de los turistas ya que los países lejanos son interesados por destinos patrimoniales en comparación con los turistas más cercanos como franceses quienes van a destinos de litoral.

Después hay una concienciación de los turistas que tienen respeto por el medioambiente. Por eso, nuevos modelos se desarrollan. Por ejemplo, el turismo rural consiste en visitar pueblos estando en contacto directo con la naturaleza y las tradiciones del lugar, practicando actividades propias del campo e usando principalmente albergues rurales. La demanda está creciendo ya que el modelo ofrece un estilo de vida diferente, y permite alejarse del turismo de masas. En cambio, el problema es que el 15% de la gente no practica este modelo turístico a causa del desconocimiento de la oferta. Si se cambia la oferta, la cuota de mercado pasara de 27% hasta 58%.

Por fin, hay un potencial del ecoturismo considerable ya que hay una cantidad importante de la biodiversidad de España. Así, el turismo natural representa oportunidades para competir con el turismo convencional. Permite a los turistas descubrir paisajes naturales a través de actividades al aire libre y con cuidado al entorno. Sin embargo, el problema sigue siendo la falta promoción de la oferta por parte de los operadores turísticos y agencias de viaje.

 

Para concluir, podemos decir que el proceso de diversificación de la oferta está en una fase incipiente. Hay alternativas que ya existen y que van a ser desarrolladas pero lo que sigue siendo difícil para España es cambiar su imagen en el extranjero. A pesar de su enorme riqueza patrimonial, sólo un reducido número de visitantes llega atraído por la oferta
cultural o natural. 
Además mientras que en los últimos años se ha vivido en España una consolidación del turismo cultural y de ciudad por detrás del sol y playa, el turismo de naturaleza se mantiene en niveles de desarrollo marginales. Son los actores turísticos quienes deben cambiar su oferta para atraer más la gente al turismo sostenible y cultural.

 

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